Chapter 9
-Tati creo que si alguien se desapareciera en este pueblo donde todos nos conocemos lo sabríamos- me decía Gaby muy convencida, pero por supuesto yo no podía decir de dónde había obtenido la información. Inclusive fui a la policía.
-Señorita sin un nombre y datos de desaparición como fecha y descripción, yo no puedo hacer nada― me decía el oficial muy tranquilo.
-Yo no conozco a ninguno de los desaparecidos... simplemente escuché que algo mencionaba nuestros visitantes, usted sabe los empresarios- explicaba yo.
-Pues esos hombres han traído un muy buen movimiento al pueblo y deberíamos estar agradecidos― me respondía molesto.
Y decidí que la mejor opción probablemente era investigar un poco más por mi cuenta. Yo sentía que se lo debía a este pueblo que tanto me había ayudado, así que después de que terminó mi turno, en vez de irme a casa, di un par de vueltas averiguando y obteniendo más información.
Revise alguna de las casas abandonadas y algunos de los lotes donde usualmente se escondían los chicos a fumar y hacer cosas raras, pero no había absolutamente nada.
Y por más que pregunté aquí allá, solo tuve la misma información: alguno que otro chico había ido a la universidad, alguna chica con un novio de afuera... pero nadie que se pudiera considerar desaparecido. Ya estaba por irme a casa derrotada cuando escuché una voz tremendamente conocida justo detrás del único bar que había en el pueblo.
-Por primera vez en mi vida no sé qué hacer... - decía Sebastián y escuchaba su voz ronca como si no estuviera del todo bien.
-Nunca nos ha importado este tema y en otra situación te diría que lo dejemos así, pero sabemos que ahora no podemos hacernos la vista gorda. Algo está sucediendo en este pueblo y posiblemente sea cosas de hombres lobos...y tú lo sabes- decía David intentando convencerlo.
-Aún no... no he tomado mi decisión beta- decía Sebastián, hablando de forma fuerte como hablaban los alfas cuando querían remarcar su posición.
David no parecía sorprendido y seguía discutiendo lo que me hacía parecer que el tema en que trataban era particularmente importante.
-Pues tú sabes que yo tengo un deber... y no voy a dejar que arruines a la manada- decía.
-¿Escuchaste algo?- preguntaba Sebastián de repente.
Yo tuve miedo de que se hubiesen dado cuenta de que yo estaba ahí husmeando en su conversación. Por aquí había algunas personas por la calle, pero dentro del bar los olores podrían mezclarse, así que
rápidamente tomé la den
de
entrar y hacer como si había pasado por ahí en mi camino al bar.
Ahí me encontré con Martin el bartender quien pasaba a trabajar aquí cuando el restaurante cerraba. Realmente era un chico lindo, claro que nada en comparación a los gloriosos hombres lobos, pero era un buen tipo.
-¡Tati qué bueno verte por aquí nunca vienes a visitarnos!— me decía con una sonrisa.
-Si yo ehhh.... digamos que...- empecé básicamente a tartamudear sin saber qué decir.
-Ni me lo digas, no se necesita muchas razones para tomar un buen trago, la vida misma es lo suficientemente complicada para necesitarlo varias veces al día- dice él y yo me río mientras me da una botella de cerveza.
Me quedo hablando un rato con él mientras espero un tiempo prudencial antes de volver a casa, siempre intentando parecer lo más casual posible. Y cuando el bar se empieza a llenar más, Martin se inclina en la barra y me dice guiñándome un ojo.
-Parece que estás atrayendo
muchas miradas hoy...- indica y me hace señas para que voltee hacia un lado donde observo a Sebastiány David que me miran de forma sospechosa. Sebastián parece que resopla y yo volteo rápidamente. No soportaba verlo.
-Debo confesar... que me dan un poco de miedo- respondo yo intentando parecer natural cuando la realidad es que siento que estoy temblando.
-No quiero parecer un hombre demasiado desconfiado... pero son unos tipos bastante extraños estos- me dice y yo suelto una carcajada, y escucho gruñidos que sin duda vienen de donde ellos están.
Pasado unos minutos decido irme a casa luego de despedirme de Martin, y veo a lo lejos que Sebastián me da una mirada como si intentara contenerse. ¿Qué le sucede a ese hombre? ¿Tanto le desagrado?
Mientras voy caminando escucho
algunas pisadas atrás. Recuerdo el
tema de las desapariciones y decido que lo mejor es llegar lo antes
posible a casa. Mis hermanos
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han vuelto a la manada y estaría
sota. Pero en cuanto llego a casa
escucho un ruido acerca del bosque.
-¿Hay alguien ahí?— pregunto.
Lo sé, lo sé... no es una buena idea hablar, preguntar ni quedarme ahí, y esto sin duda ya parece parte de una escena de película de terror y ya estoy por correr a mi casa, cuando algo se mueve. Aparece el lobo más fantástico que había visto en toda mi vida. Era muy grande y de pelaje oscuro y solo de verlo aparece una sonrisa en mi cara.