Capítulo 518
Capítulo 518
Capítulo 518
“Calmate, o tu herida podria abrirse“. Fernando no respondió a su enfado y le tocó la herida con
delicadeza.
“He castigado a los que te han hecho daño. Solo Pamela se escapó, pero no es gran cosa ya que está
sola“. Fernando no se dio cuenta de que los ojos de Sabrina ardian de ira.
Ella no quería oírlo hablar.
Ella quería que el se fuera.
Sabrina apartó sus manos y dijo de mala gana: “Señor Santander, por favor déjeme en paz. Necesito
descansar“.
“Está bien, entonces. Llevaré a Minta aquí para que te visite mañana. Fernando no quería que ella se
enfadara, así que no la tocó más. Se sentó en el sofá y tenía la intención de cuidarla.
-Señor Santander, larguese. Sabrina saltó de la cama y trató de ahuyentarlo cuando descubrió que
Fernando tenia la intención de pasar la noche aquí.
Fernando notó que estaba descalza en el suelo. Sabía que ella estaba enfadada.
El frunció el ceño y camino hacia ella sin decir una palabra. De repente la agarró por la cintura y la
volvió a poner sobre la cama. “Quédate en la cama, o te obligaré a hacerlo.
Era una advertencia seria.
“No tienes derecho a dictarme“, replicó Sabrina.
Se sintió traicionada por Fernando. Quería perder los estribos ahora.
Sabrina actuó como una niña tonta que no podía ver a nadie más que a su amante.
No tenía miedo de que Fernando pudiera estar enojado.
Quería castigarlo por su traición.
Fernando miró su hermoso rostro. Se veía linda incluso cuando estaba enojada. Quería besarla en sus
labios rosados.
“Sí, lo he hecho, porque dormimos juntos y tuvimos un gran sexo“, dijo Fernando en voz baja.
“Tan sucia… Sabrina estaba avergonzada.
Su cara se puso roja.
“Puedo ser aún más travieso“. Fernando la apretó contra la cama y la arropó.
-Señor Santander, lárguese de aquí.
Se mordió los labios y miró a un lado. Content © copyrighted by NôvelDrama.Org.
Fernando la besó en las mejillas y le acarició el pelo. “Llevaré a Minta aquí y te explicaré todo mañana.
Es todo para ti y nuestro bebé“.
Fernando la consoló en un tono suave.
Luego salió de la habitación.
Se sentó en el banco fuera de la habitación y tenía la intención de pasar la noche allí.
Sabrina se tocó las mejillas–con el dedo. Ella se sonrojó.
Debo estar loca por él. El me mintio. ¿Por qué todavía lo extraño?
¿Y si le he hecho mal? ¿Debería perdonarlo?>
Su mente seguía girando en un bucle sin fin.