Capítulo 385
Capítulo 385
“Espera.”
Interrumpi con voz serena, preguntando con una sonrisa: “¿Mi papá? ¿Quién es mi papá?”
Ese día, los que juraron no reconocerme, también fueron ellos.
Lorena, sin embargo, era capaz de agacharse y estirarse, riéndose con vergüenza mientras decía: “Ay, niña, ¿cómo sigues guardando rencor? Somos familia, aquel día simplemente no pudimos aceptarlo en el momento.”
“Exacto, Cloé, deberías ver el lado bueno de las cosas.” Abril intervino. Content (C) Nôv/elDra/ma.Org.
“Qué actitud la tuya.”
Lorena la regañó suavemente, aunque no con verdadera severidad: “Deberías llamarla hermana.”
Abril me miró, algo reticente, pero luego, como si se le ocurriera algo, sonrió y me dijo: “Hermana.”
Casi se me pone la piel de gallina, observándolas tranquilamente. Solo quería saber qué
tramaban:
Lorena empujó a Luis diciéndole: “Tú también, viendo a tu propia hija y ni siquiera saludas.”
Luis tosió levemente, mirándome, mientras señalaba la puerta de la habitación: “No viniste a ver a la abuela, ¿verdad? Ve a verla.”
Entré y vi que Fabiola todavía yacia inconsciente en la cama, sintiéndome algo impotente. Cuándo despertaría mi abuela seguía siendo incierto. Después de un rato,
sali y vi que Lorena todavía lucía una sonrisa timida./
“Cloé, tu papá, tu hermana y yo estamos muy contentos de que hayas vuelto sana y salva. Deberíamos haberte preparado una fiesta de bienvenida, pero con tu abuela enferma y los problemas en casa…”
Ahí comenzó el verdadero motivo.
No respondi, solo la miré a los ojos, escuchando el punto principal de ese día: “El proyecto más importante de la empresa actualmente tiene un gran déficit de fondos. Ahora estamos en malos términos con Ventana del Mundo, y nadie se atreve a invertir fácilmente, solo podemos pedirselo a ellos. Ahora que también eres parte de la familia Monroy, ¿no deberias también echar una mano?”
Sonrei y les pregunté: “Ah, ¿y cómo sería eso?”
“No sigas peleando con el presidente Montes.”
Lorena, sin vergüenza alguna, dijo: “Un día de marido y mujer significa cien dias de gracia, el presidente Montes realmente no tiene quejas sobre ti. Simplemente, quédate tranquila, sé la
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señora Montes, ¿de acuerdo? Desde ahora, la familia Monroy será tu familia y nadie se atreverá a molestarse contigo de nuevo.”
“Claro.”
Asenti alegremente y justo cuando ellos suspiraron aliviados, extendí mi mano lentamente hacia Abril diciéndole: “Primero, que se largue ella.”
Abril me miró furiosa y luego dijo: “¡Cloé! ¿Con qué derecho…?”
“¿Y yo con qué derecho debo sacrificar toda mi vida por la familia Monroy, solo para que tú te beneficies al final?”
Reí fríamente, viendo a través de sus intenciones: “A mí no me vas a manipular, ¿queda
claro?”
“Cloé…”
Lorena también parecía ansiosa y me dijo: “Abril ha estado en la familia Monroy desde pequeña, aunque es adoptada, no es menos que una hija biológica…”
“Oh, ya veo.”
Sonreí levemente diciéndole: “Entonces déjala ir a pedirle a Isaac, después de todo, es una “ex‘ prometida, Isaac le dará algo de crédito, ¿no?”
Dejé caer esas palabras y me di la vuelta para salir de la habitación. Quién lo diria, apenas abri la puerta, vi a Camilo acercándose con pasos firmes. Al verme, se detuvo y con una leve sonrisa en sus labios preguntó: “¿No vas a venir?”
Sonreí acercándome: “¿Cómo sabias que estaba en el hospital?”
Me miró despreocupadamente y dijo: “Tengo mis fuentes.”
“Oh.”
“Me extrañabas….
“Tengo un asunto…”
Casi hablamos al mismo tiempo.
Él arqueó levemente las cejas: “¿Tú primero?”
“Si, yo primero.”
Estaba mentalmente preparada, pero en ese momento, frente a su mirada, me resultó un poco dificil hablar. Aunque entre él y yo, realmente no había nada fuera de lo común.
Camilo percibió la gravedad de la situación y su expresión se volvió más seria: “¿Qué ha pasado exactamente?”
“Yo e Isaac…
Comencé lo más calmadamente que pude: “El certificado de divorcio que obtuvimos la
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última vez, era falso.”
No ocurrió ninguna de las muchas situaciones que había imaginado. El aire se estancó solo por un instante, y luego vi a Camilo empujar su lengua contra los dientes, como si algo lo hubiera hecho reir.
“¿Quieres decir que, cuando decidas casarte conmigo, traerás la mitad de ‘Ventana del Mundo‘ como regalo?”